Nunca pensé en el tema de la convivencia, tal vez porque fui criada en una familia muy tradicional, católica, apostólica y romana. Pero dos parejas con historias muy distintas y que conviven desde hace muchos años, me demuestran que la convivencia si es posible, aunque no es nada fácil. Se necesitan mucho amor y madurez de cada uno para sobrellevar esos pequeños grandes detalles de cada día.
La primera pareja se unió muy temprano, creo que ella tenía 18 y él 20. Muy pronto ella quedó embarazada, y las cosas no fueron fáciles porque no sólo tenían que aprender a conocerse, ambos eran muy jóvenes y no tenían aún una economía solvente como para criar al hijo. Empezaron con muy poco, una habitación, mucho amor...y nada más. He sido testigo en este tiempo cómo prácticamente los dos han madurado juntos, construyendo una familia en el camino. Hace unos días los visité, el hijo ya tiene 15 años y están ahorrando, haciendo planes para comprarse un departamento propio. Se conocen mucho: el mal genio de ella por momentos, las borracheras de él en otros. Pero han llegado al punto en que se conocen y se aceptan tal como son. Han crecido mucho no sólo en economía sino como pareja y padres. Y cuando les pregunto cuando se casan, ella se niega rotundamente: para qué si así estamos bien, el matrimonio sólo complica las cosas.
La otra pareja eran amigos míos en el gimnasio, ambos casados y con hijos, pero con serios problemas en sus matrimonios. Los dos se separaron casi en el mismo tiempo, y tal vez porque compartían mucho en común, empezaron a pasar más tiempo juntos...y surgió el amor. En la mitad de sus vidas, ellos encontraron su complemento perfecto. De eso ya casi...12 años? Y he visto como su relación ha crecido en este tiempo, a pesar de lo difícil que ha sido criar a los hijos del anterior matrimonio y de la inevitable relación con el o la EX. Siempre me admiró la capacidad que tienen ambos para discutir, de tener diferentes opiniones pero al mismo tiempo, lograr que eso no afecte su convivencia. Y de seguir tan enamorados como al comienzo de la relación, a pesar de sus diferencias en esos pequeños grandes detalles como dejar tirada la ropa, fumar, ver fútbol en TV a todo volumen, etc. Se que ellos estuvieron muy reacios al matrimonio, tal vez por el temor a fracasar y pasar por un divorcio otra vez, pero es una opción que están considerando...quizás para el próximo año.
Conozco a muchas otras personas que se casaron por todo lo alto y nunca llegaron a comprometerse ni compenetrarse en una relación, como si lo hicieron estas dos parejas. Para mí, la convivencia es posible pero se necesita mucho amor, madurez, conocerse uno y aceptar al otro tal como es...y no pretender cambiarlo. Conocer tus virtudes, defectos, manías...aceptarlas y aceptar las de él. Creo que esa es la clave, aunque claro...es mucho más fácil decirlo que hacerlo.
Como dijo Ekara, aún no conozco a esa persona que me haga pensar en dejar mis comodidades de soltera y mi cama solitaria para convivir. Uno nunca sabe...tal vez esté a la vuelta de la esquina, pero yo no lo haría para probar a ver que tal me va, lo haría porque estoy convencida que es la persona con la que me gustaría arriesgarme y comprometerme a compartir ese momento de mi vida. Y no creo que la convivencia mate el amor. Depende de los dos cuidar esos pequeños grandes detalles que pueden marcar la diferencia.
La primera pareja se unió muy temprano, creo que ella tenía 18 y él 20. Muy pronto ella quedó embarazada, y las cosas no fueron fáciles porque no sólo tenían que aprender a conocerse, ambos eran muy jóvenes y no tenían aún una economía solvente como para criar al hijo. Empezaron con muy poco, una habitación, mucho amor...y nada más. He sido testigo en este tiempo cómo prácticamente los dos han madurado juntos, construyendo una familia en el camino. Hace unos días los visité, el hijo ya tiene 15 años y están ahorrando, haciendo planes para comprarse un departamento propio. Se conocen mucho: el mal genio de ella por momentos, las borracheras de él en otros. Pero han llegado al punto en que se conocen y se aceptan tal como son. Han crecido mucho no sólo en economía sino como pareja y padres. Y cuando les pregunto cuando se casan, ella se niega rotundamente: para qué si así estamos bien, el matrimonio sólo complica las cosas.
La otra pareja eran amigos míos en el gimnasio, ambos casados y con hijos, pero con serios problemas en sus matrimonios. Los dos se separaron casi en el mismo tiempo, y tal vez porque compartían mucho en común, empezaron a pasar más tiempo juntos...y surgió el amor. En la mitad de sus vidas, ellos encontraron su complemento perfecto. De eso ya casi...12 años? Y he visto como su relación ha crecido en este tiempo, a pesar de lo difícil que ha sido criar a los hijos del anterior matrimonio y de la inevitable relación con el o la EX. Siempre me admiró la capacidad que tienen ambos para discutir, de tener diferentes opiniones pero al mismo tiempo, lograr que eso no afecte su convivencia. Y de seguir tan enamorados como al comienzo de la relación, a pesar de sus diferencias en esos pequeños grandes detalles como dejar tirada la ropa, fumar, ver fútbol en TV a todo volumen, etc. Se que ellos estuvieron muy reacios al matrimonio, tal vez por el temor a fracasar y pasar por un divorcio otra vez, pero es una opción que están considerando...quizás para el próximo año.
Conozco a muchas otras personas que se casaron por todo lo alto y nunca llegaron a comprometerse ni compenetrarse en una relación, como si lo hicieron estas dos parejas. Para mí, la convivencia es posible pero se necesita mucho amor, madurez, conocerse uno y aceptar al otro tal como es...y no pretender cambiarlo. Conocer tus virtudes, defectos, manías...aceptarlas y aceptar las de él. Creo que esa es la clave, aunque claro...es mucho más fácil decirlo que hacerlo.
Como dijo Ekara, aún no conozco a esa persona que me haga pensar en dejar mis comodidades de soltera y mi cama solitaria para convivir. Uno nunca sabe...tal vez esté a la vuelta de la esquina, pero yo no lo haría para probar a ver que tal me va, lo haría porque estoy convencida que es la persona con la que me gustaría arriesgarme y comprometerme a compartir ese momento de mi vida. Y no creo que la convivencia mate el amor. Depende de los dos cuidar esos pequeños grandes detalles que pueden marcar la diferencia.
3 comentarios:
si ps, la convivencia no es para probar como salen las cosas, puede marcar el final o una etapa mejor para la relacion,, saludos,,,
eso...la convivencia puede fortalecer o destruir la relación.
Digamos que la humanidad ha sabido respaldar los lazos entre hombres y mujeres de una manera muy variada, pero todo ello empezó desde que ambos sexos se veían por igual. Las relaciones de por sí son complicadas, y creo que la convivencia es otro matiz de los complicado que pueden llegar a ser, hay parejas que confunden sus sentimientos con sus intereses personales. En fin, redondeando, la convivencia ofrece una opción de conocer a tu pareja en aspectos que con las salidas tal vez no suceda pero depende de como crezca la naturaleza de la relación, pienso que todo tiene su tiempo y a veces la convivencia puede ser prematuro, depende como tu estes llevando la relación es como cambian las cosas y la forma como lo hacen. Saludos...
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